En el nivel espiritual, la piedra de luna ilumina bajo las noches estrelladas y ofrece visiones de la luna cuando el ser está soñando. Estrechamente vinculado al chakra del tercer ojo, le acompaña en el camino del despertar espiritual y le ayuda a desarrollar su clarividencia. Los pensamientos extraviados se disipan, la calma se instala y su mente entra en un nivel completamente nuevo de conciencia espiritual.

Coloque una piedra de luna en su frente durante su próxima sesión de meditación, y estará en contacto con el cosmos, con el ocio de viajar en el espacio con toda ligereza. Al abrir el chakra del tercer ojo, la piedra de luna le permite estar más en sintonía con su intuición. Mejora su capacidad de sentir y percibir las cosas. Multiplica por diez su sensibilidad, creatividad e inspiración.

La piedra de luna también actúa sobre el chakra sagrado. Situado sobre el ombligo, este chakra está vinculado a las emociones y a la energía sexual. Cuando está abierto y equilibrado, este chakra estimula la libido y la fertilidad.

La energía creativa que proporciona este chakra le permite emprender sin miedo. Tanto si se trata de un hijo como de un proyecto empresarial, todas las nuevas ideas son más fáciles de poner en práctica cuando el chakra sagrado está armonizado. Como piedra de la moderación, la piedra de luna ayuda a emprender manteniendo la cabeza sobre los hombros. Fomenta el perdón, la tolerancia, la bondad, pero también la aceptación de uno mismo y de los demás.

Al actuar sobre el chakra del tercer ojo y el chakra sacro, la piedra de luna le ayuda a vivir de forma más relajada y zen. Le hace menos ansioso y mucho más espontáneo. Esta calma interior y la capacidad de escuchar hacen que sus relaciones familiares, amistosas y amorosas sean más agradables. Por supuesto, todos estos aspectos se ven potenciados por el hecho de ser una piedra femenina, suave y delicada.